Un campesino que iba por primera vez a la ciudad, en su carreta tirada por un burro. Le acompañaban su perro y su gato. Cuando estaban llegando a la ciudad un hombre en un todoterreno los atropelló y la carreta salió volando de la carretera. El señor del todoterreno se bajó del coche con una escopeta, vio al gato casi moribundo, se compadeció del pobre animal y dijo:
- No puedo ver a este animal sufrir así, ¡y le pegó dos tiros. Más adelante vio al perro, éste ya casi ni respiraba y también le tiró dos tiros, lo mismo hizo con el burro. A todo esto, el campesino había visto todo lo que el hombre había hecho con los animales. El hombre siguió buscando y encontró al campesino con una brecha en la cabeza sangrando, una mano que se le había destrozado, un pierna colgando. Y el campesino le dice al hombre del todo terreno:
¡¡ Parece mentira, pero a mí no me ha pasado nada!!
- No puedo ver a este animal sufrir así, ¡y le pegó dos tiros. Más adelante vio al perro, éste ya casi ni respiraba y también le tiró dos tiros, lo mismo hizo con el burro. A todo esto, el campesino había visto todo lo que el hombre había hecho con los animales. El hombre siguió buscando y encontró al campesino con una brecha en la cabeza sangrando, una mano que se le había destrozado, un pierna colgando. Y el campesino le dice al hombre del todo terreno:
¡¡ Parece mentira, pero a mí no me ha pasado nada!!
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